viernes, 15 de noviembre de 2019


Benjamín Prado (1961)

Es un novelista, ensayista y poeta madrileño que ha obtenido numerosos premios. Muy inquieto, con una gran cantidad de publicaciones en todos los géneros, además colabora con otras disciplinas como la música. Su poesía se la ha considerado cercana al culturalismo, y también se le ha incluido en el grupo de la llamada generación del 99.
El poema que traemos aquí esta semana está incluido en su libro Iceberg, de 2002. Es un canto a la vida, pero la vida que nace de dentro de cada uno de nosotros, la que nos permite acceder a lo que nos rodea. La introspección, que alimenta la mirada hacia el mundo.



Hace falta la noche para ver las estrellas.

Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón-
una verdad aún sin realidad,
busco en la tinta verde de todo lo que escribo
un planeta sin nombre o una jungla perdida.

Y hace falta la noche.

Yo me siento en las sombras,
prendo un fósforo,
tallo mis esmeraldas,
construyo mis panales.
Todo es igual y todo es diferente.

La vida,
que fue un río,
es ahora un océano,
el pasado es la arena y el agua es el futuro.

Hace falta la noche.

Todo está en mí
lo mismo que un clavo en la madera:
cada paso en la nieve,
cada luz,
cada piel,
cada mañana.
Todo lo que ha ocurrido
por fuera es ya ceniza, pero dentro aún es fuego.

Hoy todo está tan claro.
Es hora de empezar
y yo busco las sombras.

Hace falta la noche para ver las estrellas.



No hay comentarios: