miércoles, 27 de febrero de 2019

ME BASTA ASÍ

  ME BASTA ASÍ


Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
                                entonces,

si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas...
(Escucho tu silencio.
                    Oigo
constelaciones: existes.
                        Creo en ti.
                                    Eres.
                                          Me basta).



Ángel González

lunes, 18 de febrero de 2019


No me conformo, no: me desespero
como si fuera un huracán de lava
en el presidio de una almendra esclava
o en el penal colgante de un jilguero.

Besarte fue besar un avispero
que me clama al tormento y me desclava
y cava un hoyo fúnebre y lo cava
dentro del corazón donde me muero.

No me conformo, no: ya es tanto y tanto
idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.

Un enterrado vivo por el llanto,
una revolución dentro de un hueso,
un rayo soy sujeto a una redoma.

Resultado de imagen de miguel hernandez firma


Poeta y dramaturgo español nacido en Orihuela (Alicante). Manifiesta en sus obras un hondo sentido de la tragedia y una sensibilidad muy propia del siglo XX, empleando para ello las formas líricas españolas tradicionales. La poesía de Miguel Hernández se caracteriza por su intenso lirismo, tanto en su primera colección de poemas, sumamente elaborados, Perito en lunas (1933), como en los sonetos de corte clásico de El rayo que no cesa. Sus poemas tratan principalmente del amor, la muerte, la guerra y la injusticia, temas que conoció y experimentó con intensidad. Comunista desde los 26 años, luchó en el bando republicano durante la Guerra Civil española. Fue condenado a muerte por el bando victorioso, pero, tras las airadas protestas que provocó esta condena, se le conmutó la sentencia por cadena perpetua. Durante su estancia en prisión escribió Cancionero y romancero de ausencias, una serie de poemas dedicados a su esposa, que vivía en condiciones miserables. Murió en prisión a la edad de 31 años.

miércoles, 13 de febrero de 2019

SUSTITUTO 
Una vez, a través de la ventanilla, vi a mi sustituto.
Se parecía a mí. Tenía una mesa, y una silla, y un camino.
Se parecía a lo que hay detrás de las ventanas.
Parecía una playa sustituyendo a otra playa, o algo así.
Tenía un libro, un hermano y una ropa de calle.
Miraba hacia mí como buscando un objetivo y un triunfo.
No parecía satisfecho, pero tampoco parecía lejano.
Tenía un cedé de música y un vaso de leche cerca.
Se parecía a lo que hay detrás de la lluvia.
Se parecía a lo que nos demuestran los días y los años.
Me acomodé para describirlo, pero debió darse cuenta.
Tenía una boca y una cara antes de marcharse,
y se parecía a mí. A mí sin cosas, sin ninguna de ellas.

Julián Cañizares
Del libro Sustituir estar

Es un poeta de Albacete afincado en Córdoba. Ha publicado libros de poemas y relatos. Actualmente es el editor de la revista literaria Ayvelar. El último poemario publicado tienen como título Navajazo. 

lunes, 4 de febrero de 2019

"Libre te quiero", Agustín García Calvo

"Libre te quiero", Agustín García Calvo

Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.