domingo, 30 de mayo de 2010

Miguel Cobo Rosa





Este cielo de nubes peregrinas
no sabe si es verano o primavera
mas raudo yo camino por la acera
pensando en tus regiones clandestinas.





No sé por qué en tu obsesión te obstinas
buscando en las esquinas de mi esfera
araña que en su tela traicionera
enredara tus moscas celestinas.

Entre tú y yo no caben moratorias
ni oráculos que anuncien el futuro.
Acércate y déjate de historias.





Quiero tu boca en el silencio oscuro
donde el amor celebra sus victorias,
la sábana, la noche y su conjuro.



MIGUEL COBO ROSA


ELEGIDO POR ANA CABELLO Y GLORIA GARCÍA

viernes, 21 de mayo de 2010

José Ángel Buesa


Poema de la Despedida

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.

JOSÉ ÁNGEL BUESA (Cuba, 1910-1982)

ELEGIDO POR ANTONIO SUÁREZ MARÍN (4º ESO A)


domingo, 16 de mayo de 2010

José Hierro


Respuesta

Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras.
Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente.
Que tú me entendieras a mí sin palabras
como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde.

Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte,
Hace mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes.
Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible,
la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes.

Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte.
Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve.
Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma,
yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese.
Criatura también de alegría quisiera que fueras,
criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte.

Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas
y llorar en sus calles oscuras sintiéndose débil,
y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros,
y sentirse hecho de aire y de nube y de hierba muy verde…

Si ahora yo te dijera
que es tu vida esa roca en que rompe la ola,
la flor misma que vibra y se llena de azul bajo el claro nordeste,
aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha,
aquel niño que azota la mar con su mano inocente…

Si yo te dijera estas cosas, amigo,
¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente,
Qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos?
Y ¿cómo saber si me entiendes?
¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos?
¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte?
¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna,
poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste?

Sin palabras, amigo; tendría que ser sin palabras
como tú me entendieses.

(JOSÉ HIERRO, 1922-2002)


ELEGIDO POR FRANCISCO JAVIER MIRANDA VALLEJO

domingo, 9 de mayo de 2010

Santos Suárez


 
Olas del mar, salineras
 
Olas del mar, salineras,
hechas al ir y venir,
siempre prestas a partir
a otro mar y otras riberas,

sed para mí mensajeras
y llevadle mi sentir.
Subid el Guadalquivir
hasta Córdoba, ligeras,

decidle, de mil maneras,
lo que yo no sé decir.
¡Cómo quisiera fundir
distancias, noches y esperas…!

De espuma y sal volanderas:
que le llegue este latir
antes que vaya a dormir.
¡Corred, llegar las primeras!

SANTOS SUÁREZ (1945)

ELEGIDO POR ANA NAVARRO


domingo, 2 de mayo de 2010

Mario López

Poema de la teoría de Einstein

Veo crecer a mis hijos… Desconozco
a Einstein, su teoría sobre el Espacio
y el Tiempo. Veo las nubes pasar, lentas
sobre nosotros, sobre la provincia de Córdoba
y sus campos. Bujalance,
donde vivimos… Me pregunto a veces
si el universo gira ¿desde cuándo
y alrededor de quién y hasta qué día…?
Incluyo a Mario López, coetáneo
y a veinte siglos de Virgilio, a todos
los poetas del mundo que gravitan
muertos o vivos dentro de la misma
fracción de tiempo-luz, sístole apenas
del corazón del Todopoderoso.
Miro las gentes. Pienso en ellas. Sufro
Con ellas. Temo que se sientan solas.
Miro las cosas, pienso en los olivos,
sus raíces clavadas a la tierra
con vertical ahínco tal nosotros
a la esperanza con angustia asidos.
Dolor, hambre, injusticia… Tú nos oyes…
¿Cuánta fugaz eternidad nos queda
de Poesía…? ¿Qué insondable vacío colma
de ansiedad nuestro tiempo…? ¿Qué demencia
nos pone cerco…? Nubes radioactivas
con el almendro en flor la primavera
nos aproxima. En tintas melancólicas
se añejan los periódicos. Satélites
artificiales nos fotografían
con implacable precisión. Vivimos
televisados para los vecinos
de Europa, nuestro barrio. Locutores
se turnan para hablarnos de esas cosas
que al parecer ocurren en el mundo…
Vivimos… Desconozco la teoría
de Einstein. Solo entiendo las violetas.
Quiero decir las cosas que perduran
Efímeras tal un deseo bueno.
Veo crecer a mis hijos. Hoy reían
conmigo… Las violetas y su aroma
son eternas también. ¿Por qué estar tristes?

MARIO LÓPEZ (1918-2003)

ELEGIDO POR FRANCISCO DE BORJA LUQUE MURIEL