Han vuelto a emborracharse los marinos
Han vuelto a emborracharse los marinos:
otra vez hablan de un país incierto
que dicen conocer. En esa tierra
no existe la codicia y sólo leyes
benignas la gobiernan. Eso dicen.
Pero no se pondrán jamás de acuerdo
sobre el lugar exacto en que se encuentra.
Los más osados quieren que mi reino
se asemeje al país de sus visiones,
y se ha creado una hermandad secreta
cuyos fines no ignoran mis espías.
Pero con esas gentes es preciso
tener cordura: que hablen. Si existiera
su soñado país, sería un fraude:
ningún hombre en sus fábulas he visto,
sólo un plan sin relieve y una vida
sin amigos, caballos ni horizontes.
Sólo he visto un poder que odia la sangre,
y predestinación, y ley que dice
derecho y no deber, y ley que castra.
Que los marinos beban cuanto quieran:
si existe ese país que ofende al hombre,
asolaré en justicia sus dominios.JULIO MARTÍNEZ MESANZA (1955)
ELEGIDO POR SANTIAGO NAVAJAS
Han vuelto a emborracharse los marinos:
otra vez hablan de un país incierto
que dicen conocer. En esa tierra
no existe la codicia y sólo leyes
benignas la gobiernan. Eso dicen.
Pero no se pondrán jamás de acuerdo
sobre el lugar exacto en que se encuentra.
Los más osados quieren que mi reino
se asemeje al país de sus visiones,
y se ha creado una hermandad secreta
cuyos fines no ignoran mis espías.
Pero con esas gentes es preciso
tener cordura: que hablen. Si existiera
su soñado país, sería un fraude:
ningún hombre en sus fábulas he visto,
sólo un plan sin relieve y una vida
sin amigos, caballos ni horizontes.
Sólo he visto un poder que odia la sangre,
y predestinación, y ley que dice
derecho y no deber, y ley que castra.
Que los marinos beban cuanto quieran:
si existe ese país que ofende al hombre,
asolaré en justicia sus dominios.JULIO MARTÍNEZ MESANZA (1955)
ELEGIDO POR SANTIAGO NAVAJAS
2 comentarios:
Santiago nos comenta:
“En esa tierra/ no existe la codicia y sólo leyes/ benignas la gobiernan". Su nombre debe de ser Utopía. Y contra el tópico, el poeta, por boca del rey, desconfía no sólo de su existencia sino también de su presunta bondad y conveniencia. Nos recuerda que no hay que confundir la Justicia, objetiva e imparcial, y por tanto dura, con los deseos particulares de cada uno y las particulares concepciones de la (in)justicia.
He recordado el poema ahora que el poder judicial, el fundamental por su papel equilibrador en un Estado de derecho, está siendo atacado por tierra, mar y aire. La justicia popular es como la música militar: una contradicción en los términos.
Es para probar ...
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