A ti, la dama, la audaz melancolía
que con grito solitario hiendes mis carnes
ofreciéndolas al tedio.
Tú, que atormentas mis noches
cuando no sé qué camino de mi vida tomar.
Te he pagado cien veces mi deuda.
De las brasas del ensueño
solo me quedan las cenizas de la mentira
que tú misma me habías obligado a oír.
Y la blanca plenitud no era
como el viejo interludio.
Y sí una morena de finos tobillos
que me clavó la pena
de un pecho punzante en el que creí.
Y que no me dejó más que el remordimiento
de haber visto nacer la luz sobre mi soledad…
E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras
en el valle de los avasallados.
REJEAN DUCHARME (CANADÁ, 1941)
SELECCIONADO POR ALICIA RUIZ-GALLEGOS MAS
que con grito solitario hiendes mis carnes
ofreciéndolas al tedio.
Tú, que atormentas mis noches
cuando no sé qué camino de mi vida tomar.
Te he pagado cien veces mi deuda.
De las brasas del ensueño
solo me quedan las cenizas de la mentira
que tú misma me habías obligado a oír.
Y la blanca plenitud no era
como el viejo interludio.
Y sí una morena de finos tobillos
que me clavó la pena
de un pecho punzante en el que creí.
Y que no me dejó más que el remordimiento
de haber visto nacer la luz sobre mi soledad…
E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras
en el valle de los avasallados.
REJEAN DUCHARME (CANADÁ, 1941)
SELECCIONADO POR ALICIA RUIZ-GALLEGOS MAS
2 comentarios:
Alicia Ruiz-Gallegos Mas nos comenta que ha elegido este poema porque le parece muy triste y le emociona siempre que lo lee.
Para aquellos que necesiten leer en castellano L'avalée des avalés" acaba de ser traducida y publicada por Ediciones Doctor Domaverso, bajo el título "El valle de los avasallados".
Para saber que librerias disponen de ejemplares dirigirse a distribucion@domaverso.com
Publicar un comentario