Al olmo viejo,
hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verde le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él,
y en sus entrañas
hunden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que, rojo en el hogar, mañana
ardas, de alguna mísera caseta
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje,
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
ANTONIO MACHADO (1875-1939)
ELEGIDO POR ISMAEL MONTENEGRO GÓMEZ (3º C)
2 comentarios:
Nos anima mucho que nuestros alumnos y alumnas colaboren en la publicación de estos poemas. Este, concretamente, pertenece a una serie de trabajos realizados por el alumnado de 3º de ESO (Diversificación) en el Ámbito Científico Tecnológico, dirigidos por Elena León. Cada alumno eligió un poema relativo a la naturaleza y realizó un mural. Podéis verlos en el pasillo de la biblioteca. Han quedado magníficos. Además, podéis leer unos preciosos poemas que tratan del mundo natural: plantas, el mar, animales, etc.
El olmo (viejo, hendido por el rayo, podrido, con musgo, hormigas y arañas) pero vivo (aún no lo ha talado el leñador ni usado su madera, ni ha sido arrancado por un torbellino o arrastrado por el río)SIMBOLIZA el estado de salud de Leonor, esposa de Machado, enferma de tuberculosis (débil, dolorida, etc.) pero aún viva.
Machado mezcla la contemplación lírica ante un paisaje concreto de Soria (un olmo viejo junto al río Duero) que describe en tercera persona con relativa objetividad, y el desahogo emocional, el árbol podrido, pero con vida, se convierte en símbolo vivo del estado de salud de su propia esposa. Por eso dialoga con el olmo a partir del v. 15, es decir, humaniza la naturaleza, la convierte en un objeto con el que conversa e intercambia emociones y con quien comparte su 'drama vital': el olmo será talado o arderá como leña o lo arrancará un torbellino.
También se observa el tema amoroso, aunque de forma indirecta, Machado se guarda de manifestar claramente que está pensando en Leonor; sólo se deduce su problema personal en los tres últimos versos: 'Mi corazón espera/ también hacia la luz y hacia la vida/ otro milagro de la primavera'.
Pertenece a Campos de Castilla: referencias al Duero, el paisaje que describe es el castellano, aunque aquí no se detiene en analizar las gentes que habitan Castilla, ni presenta otras connotaciones sociopolíticas como las existentes en poemas como El mañana efímero.
Se trata de un poema anterior a la muerte de Leonor. Como es sabido este hecho condiciona, además de la crisis anímica en Machado, modifica el texto de Campos de Castilla: antes de la muerte se sitúa el libro en Soria y se describe el paisaje y los habitantes castellanos, mientras que después, el escenario pasa a ser Baeza y el paisaje andaluz.
Publicar un comentario