Vista de la ciudad de México DF hoy.
Poema en reflejo
El
pañolón de la noche
andaluz hasta los huesos,
-tres tintas decorativas:
plata vieja, añil y negro-
con
un cuerno de la luna
enredado
entre los flecos,
se
prende al talle del mar
y
lo embriaga de festejo.
y
se retratan -borrachos-
con
capotes de paseo.
(Cuando
suban a su altura
se
enfadará el Universo.)
Las
barcas, cisnes de angustia,
gaviotas
pretendiendo
-las
alas soñando un ''raid''
y
decapitado el cuello-
las
guitarras de las quillas
empenachan
de rasgueos.
El pez ensaya en el fondo
su
experiencia del anzuelo
y
quiere subir a flote
doctor
en banderilleos.
En
el caballo de un morro
la
luna -tufos flamencos,
blanca
camisa rizada-
cuelga
jerezano atuendo:
monta
con borlas de plata,
silla
vaquera y arreos.
Monstruo
de silencio y linfa
y
náufrago de recuerdos,
-sotabarba,
gorra y pipa,
viejo
lobo marinero-
masca
tabaco un falucho
y
grita un piropo al cielo.
Las
aspas del faro giran
al
tío-vivo revolero
y
le dan al aire bravo
-montera
en la mano- un quiebro.
(Populacho
las sirenas
siembran
fiebres de pañuelos
pidiendo
-vela y amarra-
oreja
y rabo en trofeo.)
Y
el mar, peineta de estrellas
sobre
las ondas del pelo,
se
va en manola de linfas
tirando
besos al puerto.
JUAN REJANO (Puente Genil, Córdoba, 1903- México DF, 1972)
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