LA LUNA
Parece una moneda
que algún embaucador le lanza al cielo
apostando su vida y sus enseres.
Por todos es sabido
el influjo que ejerce entre las damas.
En noches de verano y extramuros,
las dudosas parejas, tras besarse,
brindan a su salud con Coca cola.
Puede volver de plata en su juego de luces
la cresta despeinada de un océano.
Se refleja en los charcos.
Alumbra los caminos y trastorna a los lobos.
IGNACIO GAGO
Parece una moneda
que algún embaucador le lanza al cielo
apostando su vida y sus enseres.
Por todos es sabido
el influjo que ejerce entre las damas.
En noches de verano y extramuros,
las dudosas parejas, tras besarse,
brindan a su salud con Coca cola.
Puede volver de plata en su juego de luces
la cresta despeinada de un océano.
Se refleja en los charcos.
Alumbra los caminos y trastorna a los lobos.
IGNACIO GAGO
ELEGIDO POR ANA CABELLO Y GLORIA GARCÍA
LIBRO
Cuando abro los ojos
el libro sigue sobre mi pecho,
como un amante
que se ha quedado dormido
sobre ti.
Y, sin cambiar de postura,
alargo la mano
para alcanzar una hoja
y lo uso de soporte,
mientras alzo la cabeza,
para escribir este poema
sobre él.
JORGE DÍAZ MARTÍNEZ, (Córdoba, 1977)
ELEGIDO POR Mª ÁNGELES MARTÍNEZ MÉNDEZ
Cuando abro los ojos
el libro sigue sobre mi pecho,
como un amante
que se ha quedado dormido
sobre ti.
Y, sin cambiar de postura,
alargo la mano
para alcanzar una hoja
y lo uso de soporte,
mientras alzo la cabeza,
para escribir este poema
sobre él.
JORGE DÍAZ MARTÍNEZ, (Córdoba, 1977)
ELEGIDO POR Mª ÁNGELES MARTÍNEZ MÉNDEZ