Amarrado
al duro banco
A Errol Flynn
Siempre supimos
que la traición fue un arma de dos filos
o que la muerte deja por los labios
viejo alfanje de Orán, oh cimitarra,
huellas de cianuro en cada puerto.
Aún así
no despejes la incógnita del día
déjala navegar...
y aunque la risa
sea tantas veces trágica
mente incierta
no dudes inventarla
cada hora a lo lejos:
la sucia mar de invierno
amarrada a aquel banco.
Más vale confundir y ser malditos
remeros de galeras
pues frente a la bajeza sonríe cada tarde
y el látigo del cómitre no olvida
repetir nuestra historia...
Más vale deslizarse a la deriva
saludar a la luna si te aburres
y regalar tu asco en la taberna.
Ser duro o ser esclavo
aun con ramas de espliego-
De todos modos, digo, no te excuses jamás.
Provoca galeotes, eso resulta claro
como una sobredosis de la vida.
A veces sólo queda huir hacia adelante
como lucha un corsario, atroz, en la bajura...
A Errol Flynn
Siempre supimos
que la traición fue un arma de dos filos
o que la muerte deja por los labios
viejo alfanje de Orán, oh cimitarra,
huellas de cianuro en cada puerto.
Aún así
no despejes la incógnita del día
déjala navegar...
y aunque la risa
sea tantas veces trágica
mente incierta
no dudes inventarla
cada hora a lo lejos:
la sucia mar de invierno
amarrada a aquel banco.
Más vale confundir y ser malditos
remeros de galeras
pues frente a la bajeza sonríe cada tarde
y el látigo del cómitre no olvida
repetir nuestra historia...
Más vale deslizarse a la deriva
saludar a la luna si te aburres
y regalar tu asco en la taberna.
Ser duro o ser esclavo
aun con ramas de espliego-
De todos modos, digo, no te excuses jamás.
Provoca galeotes, eso resulta claro
como una sobredosis de la vida.
A veces sólo queda huir hacia adelante
como lucha un corsario, atroz, en la bajura...
ÁNGELES
MORA (Rute, 1952). De "Pensando
que el camino iba derecho"
(1985).
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